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La industrialización, gran aliada del sector inmobiliario

La construcción e industrialización de las promociones residenciales y de las viviendas particulares han ido cambiando y mejorando a lo largo de los años, hasta tal punto que actualmente, se alejan de las formas tradicionales y convencionales para dar forma a otros conceptos como sostenibilidad, calidad, innovación…

Esta evolución se debe a que la construcción e industrialización tradicional abarcan procesos lentos que conllevan una elevada dificultad y control de los elementos que intervienen.

Por ello, se implementan políticas innovadoras y disruptivas que hacen del sector inmobiliario un mercado más atractivo, gracias a nuevas tendencias en digitalización, robótica, medio ambiente, etc.

¿Qué se entiende por industrialización?

La industrialización es un término que supone una revolución en el sector inmobiliario.

Su objetivo es contar con toda la experiencia y garantías de los diferentes elementos que componen el proceso.

A su vez, genera varias ventajas concretas enfocadas a los elementos influyentes como promotores, clientes y la sociedad en general; y por otra parte, ventajas más genéricas orientadas al sector inmobiliario.

Beneficios de los actores

Como hemos mencionado, el proceso de industrialización supone unas ventajas concretas a los actores que intervienen en él.

  • Mayor productividad, optimización de costes, retorno de la inversión en menor tiempo, mayor rotación de activos, etc.
  • Mayor control y calidad, reducción de plazos, minimización de desperfectos durante la vida del edificio…
  • Mejora de las condiciones laborales y menor impacto medioambiental.

El sector apuesta por la industrialización de la vivienda

El mercado inmobiliario y las compañías que lo forman dan un nuevo sitio a la era de la vivienda industrializada. Con ella, se pretende mejorar el sistema de construcción tradicional, ofrecer un producto de mayor calidad, cumplir con los plazos de entrega estimados y ahorrar en costes.

Esta nueva acción permite desarrollar el trabajo en paralelo a la construcción de la vivienda y cimentación de esta, reduciendo el proceso de construcción a la mitad de lo que se predecía con un desarrollo tradicional. Se pasa de un periodo de 18 a 24 meses aproximadamente, a uno de 9 a 12 meses.

Gracias a la industrialización, no hay que esperar a terminar una fase para empezar otra como sucede con el método tradicional. Ahora muchas de las fases pueden realizarse a la par sin necesidad de que finalice alguna anterior.

Un concepto de construcción nuevo que se está implantando en España, aunque todavía falta por adaptar ciertos sectores influyentes como el logístico, financiero e industrial para alcanzar un pleno desarrollo de la vivienda industrializada.

Ventajas del proceso de industrialización

Dos de los retos a los que siempre se ha enfrentado el sector inmobiliario son los costes de construcción y el desarrollo del proyecto en el tiempo establecido. Pero gracias a este nuevo enfoque, el sector obtendrá beneficios en esos objetivos y en muchos otros.

Ahorro en costes y tiempo

En comparación con el método tradicional, este nuevo proceso reduce el tiempo de desarrollo en un 30% (de 9 a 12 meses), tanto para la construcción como la entrega de la vivienda.

Esto a su vez, agiliza las diferentes acciones y permite atender el resto de las fases al mismo tiempo. También, al disminuir riesgos enfocados al medioambiente y al trabajo, se reducen los costes.

Sostenibilidad

Actualmente, todos los sectores que componen el mercado desarrollan actividades que preserven el medio ambiente y con ello, el sector inmobiliario se une a este reto.

Este mercado pretende impulsar prácticas y acciones más sostenibles. Gracias a la industrialización, los procesos de fabricación son menos agresivos con el entorno, se genera poco volumen de materiales residuales y se reduce la demanda energética.

Mejor control, eficiencia y flexibilidad

Otra de las ventajas de este nuevo proceso de construcción es la mejora en el control y la eficiencia en los diferentes procesos como la optimización de los recursos. Para poder alcanzar esta eficiencia, es necesario que el sector se apoye en la tecnología BIM, que debe de estar presente en todo proceso de una vivienda industrializada.

Se pretende amoldar cada proceso a cada circunstancia y necesidad, por lo que, es necesario mejorar la eficiencia y control para poder alcanzarlo; y aportar diferentes soluciones que se adapten al diseño.

Calidad e innovación

El proceso de industrialización permite emplear materiales de mayor calidad. Del mismo modo, el desarrollo y la innovación hacen posible implementar las nuevas tecnologías dentro de los procesos de construcción.

Juan Antonio Gómez-pintado apela a la industrialización como solución

Nuestro presidente, Juan Antonio Gómez-Pintado realizó una entrevista, con uno de los medios de comunicación referentes en el sector inmobiliario como es Idealista.

En ella, trató la situación actual del sector y determinó la industrialización como una solución ante la crisis generada por el Covid-19.

El sector inmobiliario ha pasado por dos fases durante esta etapa. La primera corresponde a un periodo donde las oficinas de venta estaban cerradas y posteriormente, en la segunda, las obras eran inciertas, pero poco a poco han ido funcionando gracias a que se han adaptado sus sistemas y procesos a la nueva normalidad.

Con ello, el sector debe de reforzarse con el apoyo del Gobierno y la monitorización de gestiones/procesos que hagan posible crear medidas para reactivarlo. Por ejemplo, ayudar a los jóvenes a acceder a su primera vivienda, captar trabajadores convirtiendo el sector inmobiliario en un mercado más atractivo, invertir en formación, agilizar trámites y licencias urbanísticas, etc.

El mercado residencial se compone de diferentes parcelas y por ello, las viviendas no pueden compararse. Una vivienda de obra nueva no es igual a una de segunda mano, al igual pasa con los residenciales de costa y la segunda vivienda. Estamos ante componentes diferentes.

Del mismo modo, con la situación generada por el Covid-19, la población realiza nuevas búsquedas donde la vivienda tenga mayor espacio, terraza o jardín haciendo que den una oportunidad a los inmuebles situados en las periferias, pero esto no quiere decir que los núcleos vayan a desaparecer, ya que los jóvenes seguirán demandándolo.

En conclusión, hay que apostar por procesos digitalizados para conceder licencias que ayudarán a cumplir plazos más reducidos, donde los procesos administrativos serán mucho más transparentes; y explotar la industrialización como una buena oportunidad de mejorar el sector inmobiliario.